Matricularse en un curso por primera vez es un reto para la mayoría de los estudiantes, pero si has estado trabajando durante unos años o tienes una familia, puede ser aterrador. Aunque los adultos que vuelven a estudiar puedan sentir que se embarcan en un territorio completamente desconocido, no es así.
Te unirás a cientos de estudiantes que han vuelto a las aulas ya bien entrados en su vida adulta y, afortunadamente, hay más de una forma de ayudar a aliviar las preocupaciones de volver a estudiar a los 45 años. Bien sea un grado medio, un grado superior o un grado universitario, las opciones para estudiar a los 45 años son inmensas y muy variadas.
¿Por qué estudiar a los 45 años?
La experiencia de la educación cambia después de acabar la escolarización obligatoria. De repente, todo es opcional. En teoría, no hay nadie que no quiera estar allí (aunque su comportamiento o expresión no lo sugieran), y la mayoría de la gente tiene un objetivo concreto en mente.
Estudiar a los 45 años, no es estudiar simplemente porque es la única opción que tienen sino que aprenden porque hay algo en particular que les interesa, ya sea para avanzar en su carrera laboral o para su beneficio personal. Algunas personas vuelven a estudiar años después de haberlo dejado simplemente porque les picó el gusanillo de aprender más.
No estás solo/a
Cada año, cientos de certificados y graduados oficiales son obtenidos por estudiantes de edad madura que están tan ocupados y con dificultades económicas como tú. En la actualidad, tienes la suerte de poder completar tu curso con comodidad, ya que existen numerosos recursos para flexibilizar el estudio para los adultos que se deciden a estudiar.
¿Cuál es uno de los mejores recursos que tienes? Tu familia, tus amigos y tus compañeros de estudios. Una de las realidades de los adultos que vuelven a estudiar es la necesidad de dejar de lado algunas otras tareas. Es útil asegurarse de que todo el mundo es consciente de tu situación y de que tienes todo el apoyo de los que te rodean. Pon en marcha medidas para hacer frente a tu ausencia y deja que tu familia y amigos te ayuden. Si tienes intención de seguir trabajando mientras estudias, consigue el apoyo de tus compañeros para asegurarte de que tienes a alguien en quien confiar.
Estudia sin distracciones
Estudiar a distancia te permite estudiar de forma flexible, en el lugar y momento que mejor te convenga. Muchos cursos de aprendizaje para adultos están diseñados específicamente para profesionales ocupados y padres que se quedan en casa. Para evitar cualquier distracción, anima a tus hijos (en caso de que los tengas) a hacer los deberes a una hora similar. Además, existen numerosas estrategias para estudiar a distancia de forma óptima.
Apaga cualquier dispositivo electrónico, como el teléfono móvil o la televisión, mientras estudias. No pongas ninguna excusa para no terminar los deberes. De este modo, podrás seguir en un ambiente cómodo y mantenerte motivado.
Refuerza tu conocimiento en áreas que ya dominas
La preocupación de volver a estudiar a los 45 años puede ser abrumadora. Sin embargo, hacer un curso de repaso para actualizar tus habilidades en áreas en las que te falta confianza o experiencia reciente es la mejor manera de construir una base académica para el resto de tu carrera.
Aunque parte del material de un curso introductorio puede ser redundante, estudiar a los 45 años es una experiencia fundamental que puede reforzar y pulir tu conjunto actual de habilidades para mejorar tu potencial profesional. Los cursos de aprendizaje para adultos en línea te permitirán avanzar en el temario a un ritmo que te convenga.
Sé realista y márcate un objetivo claro
Una de las reglas de oro de ser estudiante es que sólo se obtiene lo que se pone. A veces, a pesar de tus esfuerzos, recibirás una mala nota. Algunos estudiantes de edad madura pueden sufrir una falta de confianza o sentirse fuera de juego. La clave está en apuntar alto y comprender que puede llevar algún tiempo volver a la acción y sentirte cómodo.
Cuando vuelves a estudiar a los 45 años, sabes exactamente hacia dónde se dirige tu carrera. Un curso que no mejora directamente tus perspectivas es una pérdida de tiempo y dinero. Es importante centrar todos los esfuerzos en lograr el éxito mediante una formación adecuada. Sin un objetivo y una estructura claros, puede ser fácil perder la concentración. Para lograr tus objetivos, debes fijarlos, controlarlos y revisarlos cuidadosamente.
Diviértete
La mejor y más obvia razón para estudiar a los 45 años es que es divertido. Liberado de las diversas tensiones de la adolescencia, cuando eres adulto puedes dedicarte a aprender por el placer de hacerlo. Puede ser que te guste mucho pasearte por las bibliotecas sin que un plazo de entrega urgente de una redacción te impida explorar todos los libros que te resultan interesantes.
O puede ser que te encuentres trasnochando en Google Scholar porque tienes que encontrar una respuesta a esa pregunta que se te ocurrió en el autobús de vuelta a casa y no puedes soportar esperar hasta la siguiente clase para preguntar a tu profesor. O simplemente puede ser que estés disfrutando de ver todo el progreso que estás haciendo en tus estudios y disfrutando de cada mejora en tus habilidades.
Empezar a estudiar a los 45 años no es tarde, realmente, nunca es tarde para estudiar lo que quieres ni para perseguir tus sueños. Anímate a luchar por lo que quieres y construir tu propio futuro. Un curso te mostrará nuevas formas de pensar y te ayudará a recordar o descubrir la importancia de la educación.